Hábitos que Están Arruinando tu Limpieza
En ocasiones sin darnos cuenta no logramos entender porque nuestra casa sigue sucia o se ve desordenada, es posible que esto se deba a “pequeños malos hábitos” que pueden estar generando esta sensación. Así que en este artículo te muestro algunos ejemplos de malos hábitos de limpieza y organización para tengas en consideración y así puedas así evitarlos y/o solucionarlos!
Aplicar una cantidad excesiva de productos de limpieza en una superficie
Posiblemente este sea el más común de todos los hábitos de limpieza. Muchos tienden a pensar que mientras más líquido aplicamos a una superficie más limpia quedará, y en parte esto puede ser cierto, sin embargo debes considerar también que mientras mayor sea la cantidad del producto que aplicamos mayor será el esfuerzo de enjuagado posterior para removerlo de la superficie que estamos limpiando.
Entonces, puedes replantear esta creencia y aplicar el producto de manera más estratégica, por ejemplo en los espacios entre los cerámicos en el baño o cocina, lugares que corren mayor riesgo de ensuciarse.
No Leer las instrucciones
Ya sea que estemos limpiando nuestra casa o vayamos a lavar la ropa, leer las instrucciones de los líquidos de limpieza y las etiquetas de nuestras prendas es algo fundamental.
En general los productos de limpieza sirven para todas las superficies, pero antes de aplicarlos sobre algún mueble delicado es importante leerlas, ya que al no tomar esta medida preventiva podemos manchar o dejar marcas irreparables en nuestros muebles, mesones y/o pisos.
Lo mismo ocurre para nuestra ropa, hay prendas que no pueden ponerse en secadora o no deben lavarse a más de cierta temperatura, incluso otras que no deben mezclarse con otros colores. Si queremos que nuestras prendas favoritas duren más tiempo, ¡lee las etiquetas!
Acumular platos y artículos de cocina en el fregadero
Esto suele ocurrir con mucha frecuencia, ya que se acumulan las cosas en el fregadero desde el desayuno, puesto que la mañana en ocasiones es muy agitada y tenemos poco tiempo para lavar los platos y tazas.
Si tomamos en consideración la cantidad de personas que viven en la casa por la cantidad de comidas del día (desayuno, almuerzo y/o cena) al final del día tendremos un cerro de platos, tazas, ollas e implementos de cocina para lavar.
Si vamos lavando los utensilios a medida que vayamos usándolos evitaremos que la comida se pegue a los platos o que se manchen los vasos.
No tener un lugar asignado para cada cosa
Tal como tenemos un espacio asignado en la cocina para los platos, ollas y cubiertos deberíamos tener un lugar para cada cosa de la casa. Debido a esos pequeños detalles nuestro hogar corre el riesgo de verse desordenado. Por ejemplo: ¿Tienes un espacio dónde dejar las llaves al llegar a tu casa? ¿Eres de los que deja la chaqueta sobre el sofá o colgada en una silla? Revisa tu entorno para ver si todo está en su lugar y si es necesario buscar un espacio para aquellas cosas que no la tienen. Recuerda: Cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa!
Otra mala práctica es salir de la ducha con los pies mojados y ponerlos sobre la alfombra de baño ya que de esta manera comienza a acumular agua y humedad y en caso de no existir una correcta ventilación esta comenzará a generar hongos y bacterias.
Por lo mismo, luego de cada ducha procura salir con los pies lo más secos posible antes de ponerlos sobre la alfombra y también cierra la cortina de baño, ya que de esta manera esta tendrá una correcta circulación de aire para que se seque.